Este es el artículo que escribimos para Hik Hasi (27. monografikoa. Herri Hezitzailea eta Eskola Herritarra) contando qué es, cómo ha sido, dónde está el proyecto de comunidad educativa de Leioa.
Las palabras son nuestras, pero cuidadas. Porque aunque lo sentimos nuestro, esta es una custodia compartida con la comunidad de Leioa.
HERRIGUNE LEIOA . La Comunidad de Aprendizaje y la Responsabilidad de la Educación.
Se puede enseñar a caminar a un bebe o acompañarle mientras aprende. Cerca de los dos años tods caminarán, aunque habrá diferencias no evidentes pero si profundas.
Herrigune es el proyecto de Comunidad de Leioa. Un proyecto que se está desarrollando desde el año 2001 siguiendo un modelo de crecimiento propio y, a la vez, contagiado de muchas otras experiencias.
La Deriva del proyecto es un recorrido de la ciudad de la infancia a la comunidad de aprendizaje. Un recorrido desde el reconocimiento a la infancia de su ciudadanía de derecho al reconocimiento de la comunidad como entorno natural y potencial de crecimiento. Un recorrido hacia la responsabilidad comunitaria de la educación y la responsabilidad personal del aprendizaje; del crecimiento personal al comunitario; del desarrollo de uns pocs al bien común.
Herrigune Leioa es un proyecto que busca el espacio común –colectivo- como lugar de aprendizaje de tods.
Tener en cuenta a la Infancia: del hinchable al significado.
Herrigune Leioa comenzó cuando en el año 2000 el Concejal de Educación de entonces, Bixente Barreiro, nos pidió al equipo de Solasgune que desarrollásemos unas actividades para celebrar el 475 aniversario de la constitución del ayuntamiento con ls niñs de Leioa.
El 31 de Octubre de 2001 se iba a conmemorar la desanexión de Leioa y Erandio y la primera propuesta era, para ese día “hacer una fiesta para los niños: unos hinchables, un concurso de pintura y la visita de unos jugadores del Athletic”.
Muchos en Solasgune veníamos de la Educación Creadora. Eso significa, por un lado, que nos cuesta participar en actividades que subestiman el “acto de pintar”. Como si fuera un santo grial, cualquier decisión que no respetase ese juego, nos parecía un sacrilegio. Por otro lado significa también, que teníamos muy presente que una acción placentera y a la vez inclusiva tenía que alejarse de mecanismos de competición o comparación. Así que olvidamos los concursos. Los hinchables fueron fáciles de eliminar; más allá de aprender a esperar, no encontrábamos ninguna oportunidad de aprendizaje ni ninguna relación con “el ayuntamiento” en este tipo de actividades. Olvidarnos del jugador del Athletic tampoco fue dificil decisión; era un reclamo y no lo necesitábamos.
Lo siguiente que nos dijo Bixen obviamente fue ¿y entonces, qué hacemos?
Hubo diferentes acciones para intentar crear un vínculo entre la comunidad y la infancia y que la celebración tuviera un “significado” para tods.
Durante casi un año, por ejemplo, los departamentos técnicos del ayuntamiento estuvieron carteándose con las clases de los 5 centros públicos de Leioa. Era una manera de acercar las tareas de los técnicos y de comenzar un diálogo entre la infancia y el ayuntamiento. Tenían que saber qué se hace allí, quién lo hace, por qué, cómo me afecta, qué puedo hacer.. También hubo aiton-amonak contando sus recuerdos y sus experiencias y se colocaron, en los escaparates de los comercios, miles de fotos de los escolares de Leioa queriendo simbolizar esa idea de “Leioa tiene un tesoro”.
Con la intención de formalizar este acuerdo de cuidado e implicación con la infancia, los responsables políticos firmaron un compromiso la semana previa al 31 de Octubre.
El 31 de octubre, el día de la celebración, se enterraron en un cofre de acero y hormigón las 2500 cajas donde cada niñ había depositado objetos y cartas que para ells eran importantes y que, según el compromiso firmado por el ayuntamiento, iba a ser guardado como un tesoro y devuelto a estas personas en la celebración del 500 aniversario de Leioa.
Un acuerdo y un acto simbólico que a la larga ha ido adquiriendo un significado profundo y propio para la comunidad.
“Leioak altxor bat dauka, gaur eta bihar Jolasteko Herri bat”
En aquel momento, nadie tenía una intención ambiciosa ni pretendía llevar más allá de la celebración ninguna política de desarrollo, ni de infancia ni de comunidad. A veces, como en el aprendizaje, las coincidencias o los accidentes son tan importantes como las decisiones sopesadas o planeadas. Y ese paso puede significar con el tiempo más de lo que supone en el momento.
Recuperando la Comunidad para la Infancia: Autonomía, Confianza y Comunidad.
Después del “enterramiento del tesoro” e impulsados por la energía y las relaciones que se generaron entre las que formábamos la comunidad educativa de Leioa (AMPAs, Centros Educativos, Técnicos y concejales municipales, educadores sociales, comerciantes, asociaciones, etc) continuamos trabajando la idea de: “La Comunidad para la infancia” decíamos. Porque tienen sus derechos y queríamos reconocer su capacidad de participación en la vida comunitaria, su “ciudadanía de derecho”. Porque ls niñs necesitan a la comunidad para crecer; experiencias de aprendizaje en la diversidad, explorar su entorno físico, acuerdos sociales –que transgredir-, relaciones cotidianas y honestas con el mundo adulto…
Encerrada en la escuela, la infancia no participa de la vida comunitaria. Se violan sus derechos fundamentales y se empobrecen sus condiciones de aprendizaje. Con el objetivo de enriquecer las posibilidades, recursos y condiciones educativas que ofrece la escuela, durante tres o cuatro años, diseñamos proyectos y acciones para ells, sus familias y sus centros.
Se pusieron en marcha los proyectos de Leioa 2003 Ikuspuntu para dar a conocer el punto de vista de la Infancia sobre la ciudad, el espacio físico y las relaciones, y el Hermanamiento entre Leioa y la escuela de Pedro Brand en la república Dominicana; un proyecto “autogestionado por la infancia” que supuso el trabajo colectivo de centros, familias y niñs de distintas edades buscando un objetivo común.
La infancia para la Comunidad: Leioarako ez hain txikiak, GenerAcción!
Cuando en el 2004 diseñamos Leioarako ez hain txikiak, GenerAcción! no sabíamos que ya sabíamos que caminábamos en otra dirección. Empezamos a hablar de “Recuperar la Infancia para la Comunidad”. Porque si es dañino para el desarrollo de una niña perderse “lo comunitario”, igual de pobre y desconsiderado, poco inteligente e irresponsable es para el crecimiento colectivo, privar a la comunidad de la infancia: como elemento disruptivo, como elemento vinculador, como motor de conexión, como expresión de las necesidades básicas que nos son comunes a tods y de la necesidad de aceptar la diferencia.
Desplazamos el eje de las acciones alejándolo de la escuela, pero no sabíamos expresar por qué. En cualquier caso, la escuela lo agradecía, otras gentes de la comunidad como las personas mayores o el Behargintza lo pedían. Trabajamos en torno a la participación, la sostenibilidad y las experiencias Comunitarias con proyectos como Oinbusa edo Eskolara Oinez, Zilborhestea o la Red de Apoyo a la Infancia, el Consejo de la Infancia y Elkar HaZinegotzi, el grupo de jóvenes que diseñaba y desarrollaba acciones Ekotaldea, Kutxatu Leioa o la ocupación del espacio público para el juego, Familien arteko Kanpaketa, Iraunkortasunaren Azoka.. y otros.
En el 2003 habíamos conocido a Francesco Tonucci y su proyecto La Citta dei Banbini y estábamos entusiasmads. Francesco hablaba de la infancia y la ciudad, de hacer política, de aprender de ls niñs. Cuando le leíamos o le escuchábamos, a pesar de su evidente defensa de los derechos de ls niñs, se intuía un sentimiento “de pena” por las personas adultas. Hay que defender la fortaleza y la capacidad de la infancia, si, pero los que salen peor parados de todo esto, son los adultos. Se pierden la enorme riqueza que supone escuchar a ls niñs y la vida que construimos sin ells, es pobre, débil y aburrida.
La Cittá es un proyecto sencillo que puede suponer un revulsivo o una gran oportunidad de aprendizaje y cambio para las comunidades al poner en evidencia la necesidad que tods tenemos de vivir con Autonomía y de expresar nuestras diferencias a través de ese parámetro de “Lo niño”. Reconocer en ls niñs la necesidad de descubrir, esconderse, trepar, errar, participar… nos resulta, a quienes estamos ocupados en ello, sencillo. Pero se nos olvida que cuando hablamos de los niños estamos también hablando de nosotrs ls adults. Y a nosotrs también nos costó darnos cuenta, a pesar de que lo decíamos constantemente: yo, persona adulta, tengo la necesidad y la capacidad de aprender constantemente, de jugar y encontrarme con mi diferencia en la diversidad, en compañía de otras personas. Necesito expresar lo que soy y encontrar los límites en mi relación con lo comunitario, para aportar al crecimiento colectivo mi riqueza, sin que esto suponga un detrimento en la satisfacción de mis necesidades.
En aquella época participábamos en el Foro de Benaver. Un grupo de “profesionales” que nos juntabamos para reflexionar sobre las organizaciones y las posibilidades de crecimiento que ofrecen las empresas y los sindicatos a las personas. Nosotras llevábamos ya ocho años con los talleres de Juego de Configuración e intuíamos que, si en un grupo de niñs el desarrollo de proyectos colectivos y de derivas personales era compatible, esto mismo podía suceder en cualquier comunidad (incluso en una empresa), si la estructura ofrecía condiciones. Y ahí estaba Irizar, con Alfonso Vazquez y Koldo Saratxaga que nos decían que si.
Y si eso era posible en el taller de Juego y era posible en una empresa, significaba que cuando lo planteábamos a nivel comunitario no estábamos cazando mariposas.
Entendemos que la comunidad es un ente vivo formado por personas que tienen un plan interno que se desarrolla según sus capacidades, deseos y necesidades. Disponer en el espacio común de condiciones que permitan el desarrollo de estos planes particulares permite, a su vez, la confluencia de tods –diversidad- en una deriva de crecimiento colectivo y, a veces, común.
La Comunidad tiene la responsabilidad de reconocerse como entorno educativo y ofrecer condiciones de aprendizaje. Condiciones para que cada una de nosotrs, desde la autonomía, asumamos la libertad y la responsabilidad en nuestros aprendizajes.
Y Herrigune, la Comunidad de Leioa, asumió, de alguna manera, esta responsabilidad y la necesidad de ofrecer condiciones de aprendizaje, no sólo a la infancia, si no al conjunto de las personas que forman nuestra comunidad. Un proyecto político no politizado, un proyecto educativo y social, un proyecto de comunidad.
Y en eso estamos. Lo que comenzó siendo un proyecto para la Infancia es hoy un proyecto de Comunidad; un proyecto de Ikas Komunitate Hezitzailea que quiere hacer de la Educación y los Procesos de Aprendizaje un eje importante en su identidad comunitaria y en su construcción como ciudad, creando vínculo y capital social.
¿Cómo creamos espacios de aprendizaje en la Ciudad? ¿Cómo hacemos para recuperar la capacidad de juego de las personas adultas? ¿Cómo hacemos para recordarnos que la necesidad de aprender y compartir es algo que nos pertenece a tods? O, que nuestro crecimiento colectivo depende totalmente de que cada una de nosotras encuentre su propia posibilidad de crecimiento dentro del plan colectivo?
Lo niño como parámetro y el Juego como estrategia. El “Cómo?”
Un entorno de aprendizaje inclusivo debe reconocer la diversidad -de necesidades, capacidades y deseos- de las personas que lo habitan y, por esa razón, debe ofrecer condiciones que sean válidas para tods; para que cualquiera, pueda adueñarse de sus aprendizajes y participe, en su particular medida y manera, en los procesos comunes.
Lo niño como parámetro y el juego como modelo fisiológico/universal de aprendizaje nos sirven para no perder de vista esta característica que nos configura: Somos diferentes y podemos crecer junts.
Lo niño como parámetro es para Herrigune la evidencia de la diferencia, la necesidad de aceptación e interdependencia, saber que “en el polideportivo, el botón de la ducha a un metro de altura lo podemos utilizar tods”, que un contenedor de dos metros de altura sólo pueden abrirlo personas fuertes y de más de un metro cuarenta, que tenemos necesidades básicas y comunes que necesitamos satisfacer, que los gestores políticos y los técnicos municipales son asistentes en el crecimiento de la comunidad, que el niño sabe, puede y necesita hacer, que no hay edad para el aprendizaje ni el compartir… Vivir la diferencia supone encontrarse con uno mismo; la responsabilidad y la libertad para ser quien soy y relacionarme con “el otro” desde ahí.
El Juego como mecanismo fisiológico de aprendizaje es, para Solasgune, el punto de partida que asegura condiciones educativas inclusivas -para cualquier persona-; el aprendizaje que sirve a la diversidad; allí donde el crecimiento es una interacción autónoma entre el plan interno de la persona y su entorno; donde la tarea es una oportunidad para investigar y disfrutar del trabajo, donde la libertad de elección y la ausencia de espectáculo hacen de la acción algo riguroso y placentero; sin modelos o planes externos, desde la diferencia, la compañía y la confluencia; en el equilibrio de los deseos, las necesidades y las capacidades.
Estas dos decisiones definen el “cómo” de Herrigune. Un cómo que establece un marco de trabajo, unos límites para asegurar las condiciones, pero que implica libertad en el Qué.
Diversidad de Gentes, diversidad de Qué´s.
En este marco, el qué no es importante. O no tanto. Desde luego, no nos compete a nosotrs. Y por eso se han desarrollado en los últimos años acciones en el ámbito de la gobernanza, el urbanismo, el conocimiento abierto, la ciencia, la sostenibilidad, la convivencia o la ocupación de la calle. En ellas han participado niñs y adults, jóvenes y comerciantes, centros educativos y universidad, el Behargintza y el EISE, técnicos y políticos, asociaciones…etc.
Algunas de estas acciones o proyectos:
– Oinezkoen Pausura Herritarren Ibilaldia.
Cuando, para celebrar la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, nos planteamos proponer una Marcha pensamos ¿Cómo hacemos para que la propuesta incluya a niños y ancianos? ¿Cómo hacemos para que el recorrido, además de reivindicar el aspecto saludable del caminar, permita establecer relaciones entre vecinas y vecinos? ¿Cómo hacemos para que repercuta en un bien común?
Y así, diseñamos una Marcha a Paso de Peatón, con recorridos que cualquiera pudiera realizar; con ayuda, con mayor o menor autonomía o agilidad, recordando siempre la importancia del apoyo mutuo. Recorridos que nos permitan pasear por espacios urbanos y visitar recursos naturales del municipio…
Optamos por un paseo “a ritmo de peatón” en lugar de una marcha regulada, para propiciar el diálogo y el encuentro.
Establecimos un lugar de descanso para reencontrarnos y disfrutar de la fruta que dona la Asociación de Comerciantes; un tentempié saludable.
Invitamos a personas y asociaciones a participar en la gestión de la actividad. Y a los participantes en la marcha a aprovechar el paseo para observar y sugerir mejoras urbanísticas.
Cada año se reparten unas tarjetas en las que se van apuntando impresiones, preguntas, solicitudes de cambio o mejora, aspectos positivos o mejorables del entorno… y los concejales y las concejalas llevan unos buzones para recoger estas impresiones e identificarse tb para el encuentro con la ciudadanía.
Cada año, igualmente, se hacen públicas las respuestas, las razones por las que no se pueden satisfacer algunas peticiones, los cambios ya realizados o las propuestas en curso.
– Otra experiencia que llevamos desarrollando dos años es IRAKALE, la ciudad como espacio de aprendizaje.
Para recordar a la ciudadanía que la comunidad es un entorno educativo, construimos espacios de aprendizaje en la calle. Y lo hacemos en torno a diferentes conocimientos y deseos de aprender que recibimos en el LES-BCC (Leioaztarren Ezagutzen Sarea-Banco Común de Conocimientos) de niños, jóvenes y adultos. Son espacios de contenido muy variado que nos recuerdan que cada uno de nosotrs tenemos cosas que aprender y enseñar. Hemos compartido conocimiento sobre innovación educativa, sobre biodiversidad, sobre fotografía, sobre ciencia, sobre manualidades, emprendizaje, cultura culinaria, diseño, viajes, radios libres, maternidad…
Y lo hemos hecho, a nuestra manera; a la vista, desde la necesidad y el deseo real, generando redes en torno a intereses comunes, con las personas que se adueñan del proceso…
Euskal Ohiturak Leioan Irakalea, Un Ejemplo:
Recogimos en el BCC tres “solicitudes u ofertas” sobre conocimiento vinculado a la tradición vasca. Cuando decidimos poner en marcha el Irakale Euskal Ohiturak Leioan lo primero que hicimos fue reunir a quienes querían aprender o compartir sobre este tema.
Y con ellas diseñamos un calendario de acciones en la calle: durante el mes de diciembre de 2012 hubo espacios abiertos para compartir conocimiento sobre música e historias, sobre deportes y trajes, sobre comida, canciones y bailes tradicionales…
Fruto de estos espacios y relaciones surgió la idea de hacer una experiencia de crowd-learning como acto final del Irakale: una experiencia de aprendizaje en masa; Juntarnos todos un día para celebrar lo aprendido y cantar y bailar juntos en la plaza.
El equipo motor, formado por varias asociaciones y personas que habían participado en esa primera fase, decidió hacer unos video-tutoriales para que pudiéramos aprender a bailar la Danza del Carnaval de Lantz y a cantar un repertorio de unas 20 canciones.
Además de los tutoriales en YouTube se decidió celebrar ensayos abiertos en la calle con los diferentes grupos para quien quisiera aprender en compañía.
El 23 de diciembre, celebramos este primer acto de “aprendizaje en masa” para cerrar el Irakale Euskal Ohiturak Leioa. Personas de los centros escolares y la Universidad, del Coro de adultos de la Musika Eskola Doniene y del Coro del Hogar de Mayores de Elexalde, de Gurasolagun, del Taller de Costura del Kultur, de Gure Ohiturak Dantza Taldea, los Txikiteros de Udondo, Txalapartaris y Dantzaris, todos los concejales de Leioa y otros Leioaztarras participaron en este Irakale aprendiendo y compartiendo lo que saben.
Concluyendo.
Leioa es un pueblo que lo habitan personas concretas, todas diferentes. Su suma, configura también una comunidad única que debe buscar sus propias preguntas y respuestas. Junts, vamos configurando ese plan interno que determina qué hacer, en qué emplear energía, en qué temas o áreas de trabajo centrar cada etapa de Herrigune.
Hoy, las acciones de Herrigune responden a estos propósitos:
1.- Encontrarnos. Extender la red de Herrigune para ser cada vez más Leioaztarras aportando nuestra visión de Leioa como Comunidad de Aprendizaje y Entorno Educativo. Poner condiciones para la vivencia y la participación –sin distinciones de ningún tipo-.
2.- Potenciar y reclamar el Espacio Comunitario como Entorno de Aprendizaje. Transmitir y trabajar la idea de la comunidad como entorno natural y potencial de aprendizaje. Identificar y fortalecer las condiciones de aprendizaje propias de nuestra comunidad.
3.- Sacar a las calles y los espacios comunes el Aprendizaje. Configuración del Espacio Público como Espacio Común. Compartir, con otros agentes responsables -familia, escuela, centros formativos- la responsabilidad de la educación y dotar de recursos y condiciones, a ls Leioaztarras, para asumir la responsabilidad de su aprendizaje.
4.- Enriquecer y Equilibrar las experiencias de Aprendizaje Reglado. De la sociedad escolarizada a la Comunidad de Aprendizaje: reconstruir en nuestros espacios comunes las condiciones necesarias para enriquecer las experiencias escolares con la vivencia de un aprendizaje fisiológico; Priorizar estas experiencias en colaboración con las regladas (escolares, académicas, de ocio..)
5.- Recuperar la Sabiduría Comunitaria como Bien Común. El conocimiento de las personas -emocional, experiencial, práctico y teórico, científico y poético…- como bien común; ls ciudadans como aprendices y maestros, aprendizaje permanente, ciudadanía aprendiente, prosumidores de conocimiento…
Y con ellos, asumimos la posibilidad de cambio.