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En Jun2014 se celebró en Bilbo el congreso «Humanizar la Educación» organizado por/entre EHU-UPV y la Fundación Claudio Naranjo. O al menos, a nosotrs, nos llegó la invitación desde su comité de Educació.

Humanizar la Educación trata de comprender de una manera más completa y mejorar en criterios de salud y equilibrio lo que hacemos y lo que no hacemos en el ámbito de la enseñanza, la crianza, la educación in/formal, los entornos de crecimiento y aprendizaje… En cualquier caso, un encuentro así, suponemos que acercará la práctica educativa a las necesidades de crecieminto/aprendizaje de las personashumanas, así que nos pareció estupendo poder participar.

Por salud y exceso de tareas cotidianas no pudimos ir a contar nuestro proyectos en el ámbito comunitario, pero Peru, estuvo en el espacio de comunicaciones compartiendo su experiencia en el Laboragunea.

Alguns de nosotrs participamos en este Espacio de Aprendizaje como educadores/asistentes, y este texto de aquí abajo, recoge la experiencia de Peru en esta tarea.

 

 

 

LABORAGUNEA: UN ESPACIO PARA EL CUIDADO DE LAS PERSONAS EN SUS APRENDIZAJES

Peru Calabaza Saban.

 

 

Buenas tardes,

Me llamo Peru y tuve una infancia feliz. Me quisieron bien en casa y no recuerdo que nadie me maltratara especialmente en ningún lugar, fui buen estudiante y crecí sano. Estudié por ciencias, buenas notas, gané algún concurso literario, jugué a fútbol en el equipo de la Ikastola hasta los 14 años, fui delegado de clase, poquísimas veces castigado… Todo bien. Normal.

Y cuando en COU me llegó el papel para escoger qué carrera quería estudiar en la universidad me quedé…

Realmente no me había hecho nunca esa pregunta, nunca me la había hecho de verdad, en serio. Siempre me hacía las preguntas tarde. Me había acostumbrado a que llegaran las respuestas en general casi siempre antes que mis preguntas. Así que mis preguntas llegaban tarde.

Yo tenía mis hobbys, claro, las cosas que me interesaban a mí, pero eso no tenía nada que ver con el tipo de decisión que tenía que tomar. No estaba preparado para tomar ese tipo de decisiones. Aún no lo estoy.

Al final estudié periodismo. Y me gustó. Sentí que en la universidad «crecía». Eso sí: Me enteré tarde de que existían las becas Erasmus y nunca pude pedir una. Podía haber sido más aventurero. Hice una vida de estudiante normal.

Me está costando años saber dónde estoy, llegar antes a los sitios, aterrizar pronto en las situaciones, encontrar las frases que yo (realmente yo) diría en el momento justo de una conversación, estar en el presente, encontrarme en este discurso.

Tengo 41 años y aun no me siento muy emprendedor. Sigo intentándolo.

La curiosidad me ha salvado toda mi vida. He encontrado intuitivamente aquellas cosas que necesitaba encontrarme, y me he sentido libre todas las veces que he querido. Podría ser más libre, sin duda, más indómito y más aventurero. Cada uno encuentra sus límites, y siempre sienta bien ensancharlos.

Pero hay aprendizajes fundamentales en la vida que se pierden en algún momento y luego nos pasamos la vida intentando recuperar:

-El aprendizaje de saber y buscar lo que te gusta,

-Saber disfrutar de cada cosa,

-Aprender a relacionarte con las personas..

 

Así voy llegando a LABORAGUNEA…

Laboragunea es un lugar físico que se encuentra a 9 kilometros de aquí, en Leioa, al lado de la parada del metro. Es un lugar abierto al público en el que yo paso unos cuantos días a la semana como educador.

Empecé a llegar a los asuntos educativos hace unos diez años. Recibí formación en Educación Creadora y durante varios años asistí talleres de pintura, arcilla, juego y construcción según sus fundamentos. Trabajo en Solasgune, empresa dedicada de lleno a la investigación social y educativa, generando entornos de aprendizaje a nivel comunitario en Leioa, tejiendo redes de ciudades de la infancia, o apoyando este laboratorio de juego y aprendizajes, Laboragunea, del que os vengo a hablar.

En Laboragunea por las tardes se hacen talleres de pintura y arcilla, y en primavera comenzó también un taller de ciencia. También organizamos o cedemos el lugar para realizar reuniones, cursos, talleres, charlas, videoproyecciones, encuentros y otras actividades relacionadas con la formación educativa y con el crecimiento de las personas. Toda esta información está disponible en la web www.laboragunea.com y no me voy a extender en ello ahora.

Yo, en el Laboragunea, trabajo fundamentalmente como asistente en EL ESPACIO DE JUEGO Y APRENDIZAJES DE LAS MAÑANAS y en esta experiencia voy a centrar mi presentación.

Al Laboragune por las mañanas vienen personas de 0 a 100 años a hacer sus trabajos, a construir sus juegos, a compartir sus aprendizajes, en compañía de otras personas con las que a veces comparten planes. Es un espacio de coworking pero desde un punto de vista educativo: un espacio para el cuidado de las personas.

Mi labor como educador básicamente consiste en cuidar el ambiente y asistir a cada persona en sus necesidades, sin proponer, sin dirigir, sin valorar, sin marcar objetivos. Mi hija Nora tiene seis años y viene también conmigo cada día. Los demás padres o madres que vienen a traer a sus hijas o hijos escogen si quedarse o marcharse a hacer sus cosas. Si escogen quedarse también hacen sus cosas. Puede ser para ellos un espacio para leer, reflexionar, escribir, hacer collares, estiramientos, cortinas, jugar, mirar por el microscopio o charlar, claro.

Es un espacio de relación muy rico formado por personas de diferentes edades. Un entorno de autonomía y responsabilidad. Algo tan rico y necesario… y a la vez tan inhabitual!!

 

LA RUTINA

A las 9 y media abrimos la puerta y las personas pueden ir llegando. El momento en que llegue cada una estará bien. Estresar a los niños, perdón, a las personas por las mañanas es empezar mal el día.

A medida que van llegando, los planes los hacen ellos. Y siempre hay planes.

A las 11 y media nos solemos reunir para hacer el hamaiketako, básicamente: fruta variada y jugosa de temporada, aguacate, zumos, leche de arroz, infusiones, pan, queso, aceite de oliva, tomate cortado o rallado, frutos secos, muesli, cereales varios, tortitas, levadura de cerveza (qué éxito tiene!), a veces también café para los adultos. seguro que me dejo algo. La fruta está disponible durante toda la mañana junto al agua.

Entre la 1 y media y las 2 recogemos entre todas y nos marchamos.

 

¿QUÉ OCURRE EN EL MEDIO?

Lo que cabía esperar: Cada una hace sus cosas a lo largo de la mañana. Confiamos en sus capacidades y les dejamos probar y equivocarse. Es importante saber esperar a que las cosas ocurran, sin anticiparse. Esto habitualmente resulta muy difícil para las personas adultas en su trato con niños.

En unas condiciones de seguridad y aceptación, el juego auténtico y profundo sale de dentro, sin consignas externas. Cada una decide a cada momento qué quiere ser, dónde estar, qué hacer. En el juego no hay un proyecto sino una necesidad. Es puro placer, pura deriva. Por eso aunque nos resulte misterioso no les preguntamos qué están haciendo. Para no frenarles. No interpretamos.

Los aprendizajes se hacen a partir del entusiasmo, de enganchar con algo que te mueve, aunque no sepas qué es. Las derivas y los intereses de cada persona son diversos y heterogéneos y se van conectando unos con otros en función de los intereses. Acumular experiencias de placer te muestra el camino hacia ti.

Para cada actividad hay un espacio colectivo y un espacio privado, el que cada uno decida. Identificar y proteger los frágiles procesos de aprendizaje incipientes, protegiéndolos de interferencias es una de nuestras labores como educadores. Que cada uno pueda elegir jugar solo siempre que quiera. Nos respetamos en nuestra convivencia. Aceptamos al otro tal como es, con sus circunstancias.

El espacio físico es diáfano aunque tiene sus rincones, por ejemplo tras los armarios. Cada uno escoge qué hacer y dónde ponerse a ello. Los materiales están a su alcance, no son excesivos.

 

ALGUNAS APUESTAS DE LABORAGUNEA:

-Que cada persona que venga pueda aprender desde el placer, siguiendo a su deriva personal y a sus ritmos internos, en un ambiente rico y relajado.

-Juntar a personas de diferentes edades llevando a cabo sus aprendizajes no hace sino enriquecer los aprendizajes integrales de cada persona, fortaleciendo además la sensación de cada uno de estar viviendo un aprendizaje propio.

-Escuchar y atender todas las necesidades de todas las personas que trabajan/juegan/aprenden en Laboragunea. Los planes llegan de ellos. Proveer de los materiales y la asistencia necesarias es nuestra labor como educadores.

-Vivir día a día nuestra pasión educadora, investigando y replanteándonos continuamente las mejores condiciones para que se den los aprendizajes saludables.

-Invitar a todas aquellas personas junto a las que queremos seguir aprendiendo a que compartan con nosotros sus conocimientos.

-Salir a nuestra comunidad en nuestros aprendizajes vitales. Participar en procesos comunitarios de aprendizaje. Participar en el pueblo. Salir al campo y participar en el pueblo. Las dos cosas son importantes.

 

El papel del educador es un ejercicio de presencia. Ha de estar tranquilo, equilibrado, atento, cuidando los detalles, la sensibilidad de cada persona, centrado en la relación. Sin protagonismo, sin Poder, con honestidad y desde el bienestar.

Me gustaría despedirme con una pregunta que me ronda mucho últimamente:

¿Se puede no aprender?